jueves, 16 de enero de 2014

Alcoholismo y abandono


Greta Canencia
Lunes 23 de diciembre de 2013
Alcoholismo y  abandono
En Ecuador, igual que en otros países de América Latina existen personas con problemas de alcoholismo, que abordan la falta de control personal frente a las bebidas alcohólicas y lo manifiestan con su ansiedad  por  no consumirlo. El consumo se da tanto en hombres como en mujeres. Aunque en esto último en menor porcentaje. Se reúnen por lo general los fines de semana, sin excluir los días laborables como pretexto de compartir entre amigos o familiares, aunque no siempre es en este sentido. Ya que a veces buscan las maneras para embriagarse con o sin compañía cuando sienten la urgencia de beber por cualquier motivo, cualquier día y sin medir las consecuencias.
Son las siete de la noche del primer miércoles de febrero de 2011,  Mariana Guaranda abandona su casa con rumbo desconocido, llevándose consigo a Estefanía Berrones (10) la mayor de  sus hijas. Mariana tiene alrededor de 37 años, de estatura mediana, piel canela, cabello largo y obscuro y al verla inspira timidez.  
Tres días después de no saber nada de Mariana, su conviviente Mauro Berrones informa a la familia que ella no ha regresado y que el resto de las niñas se encuentran  deprimidas a causa de ello.  Carmen Guaranda (41)  llama por teléfono a su media hermana Lucila Anchapaxi para comentarle lo ocurrido.
Lucila Anchapaxi (49) siente  desesperación y  angustia.  Decide informar a la policía para que den con el paradero de su media hermana. Semanas antes había ocurrido algo parecido, pero regresó al día siguiente. A causa de ello Lucila advirtió a Mariana que si vuelve a ocurrir se lo haría saber a las autoridades, y así lo hizo.
Lucila y su cuñado Patricio Cantocuamba (43) el 17 de febrero de 2011 se dirigen a la JMPDNA (Junta Metropolitana de Protección de Derechos de la Niñez y la Adolescencia (Administración Zonal “La Delicia”) ubicada en la calle Unión y Progreso Oe 482 y Av. De la Prensa para denunciar que María M. Guaranda Y. ha abandonado a dos de sus hijas para ir a divertirse y beber con sus amistades. Quienes se encuentran sin el suficiente alimento cuando ella no se encuentra en la casa y lo para la familia lo más preocupante de esta situación es que tanto la niña que acompaña a su madre y sus hermanas están expuestas a peligros, ya que sus tíos quienes viven cerca de ellas no cuentan con el suficiente tiempo para cuidarlas. Pues cada quien tiene actividades laborales, familiares (hijos/as) y personales que cumplir.
Mauro B. trabaja como chofer en una empresa de maquinaria pesada “Máximos” desde hace algunos meses, su horario de trabajo inicia desde las siete de la mañana hasta las cinco de la tarde, su lugar de trabajo no es fijo por lo que hay días que llega casi a la media noche y en la mañana debe salir antes de las cinco de la mañana. En este lapso de tiempo las niñas no cuentan con ningún tipo de protección de parte de sus padres por lo que en este punto es necesario decir que es un asunto crítico. En su escaso tiempo libre intenta comunicarse con sus hijas, a veces sin respuesta. Para verificar que se encuentren bien. “Las llamo, pero a veces no responden, me quedo preocupado y trato de llegar rápido para ver que todo esté bien”, dice Mauro.
Salma D. Berrones G. (3) la menor de las tres al verla no expresa tristeza, se entretiene con sus muñecas y juguetes, Wendy intenta cuidarla y alimentarla.
Casos  de alcoholismo como estos, cuando hay niños/as de por medio son difíciles de resolver. De las 912.576 personas de 12 años y más que afirmaron consumir alcohol según la encuesta realizada por el INEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) en el 2013 donde se incluyen bebidas destiladas, vino y cerveza los resultados arrojaron que el 89,7% son hombres y el 10,3% mujeres.
“Las niñas tienen claro que su mamá es alcohólica, y aun así Wendy nos dice que extraña mucho los cuidados de su mamá” cuenta Lucila, tía de las niñas. 
Para iniciar, la Abogada Carolina Calderón Meneses (Secretaria Abogada) proporcionó a los denunciantes una boleta de notificación como medida de protección emergente.  Luego de este trámite Lucila y Patricio creyeron que la atención y verificación sería inmediata y oportuna, pues se trataba de niñas.
En el caso de estas niñas no se archivó la denuncia porque tanto Lucila como Patricio presionaron a las autoridades para que se dé seguimiento, luego de tanta insistencia se consiguió que los policías de DINAPEN visiten la residencia de las niñas, ubicado en Pifo Barrio Itulcachi y constaten la denuncia. En esta inspección no se encontraba Mauro por lo que las autoridades no ingresaron al domicilio.
Días después cuando regresó Mariana en estado etílico, sucia, despeinada y con ropas desconocidas. Se muestra agresiva porque pide dinero para el taxi y no se lo dan. Sus hijas en ese horario se encontraban en la escuela, no vieron así a su madre. El mismo día Lucila es comunicada de la llegada de Mariana, espera un tiempo oportuno para encontrarla sobria e informarle que se ha puesto una demanda en su contra por exponer a sus hijas a peligro. Estefanía quien acompañaba a su madre no fue ese día a clases, además no había hecho su tarea, sus calificaciones son bajas y ella no se preocupa por sus evaluaciones.
Sus tías preocupadas hablan con ella para constatar si no estuvo expuesta a algún tipo de peligro, Estefanía afirma que no y cuenta que esos días se la pasaron en un hotel con unos amigos de su madre. Dice su tía Lucila que Estefanía le contó que intentó comunicarse para tratar de explicar el lugar donde se encontraban, pero su madre no se lo permitía.
Al día siguiente, Lucila visita a Mariana y le informa que tiene una demanda en su contra y que debe acudir a dar su testimonio en la fecha y hora indicada en su Boleta de notificación.  Mariana al recibir el sobre rompió en llanto  y pidió disculpas afirmando que no volvería a ocurrir. Pero al parecer eran promesas repetidas cada vez que se iba a satisfacer su vicio. 
La audiencia era para el miércoles 06 de abril de 2011 a las 8H15 en la sala de audiencia de la JMPDNA donde se pretendía la finalidad por parte de la autoridades que se presenten las pruebas y de donde fueron obtenidas.
Patricio cuenta que cuando podía y tenía tiempo alimentaba a sus sobrinas “era triste verles sucias y con hambre y parece que en la escuela las niñas se sienten estigmatizadas por el accionar de su madre, dijo, con la mirada perdida.”  Lucila contaba que en la escuela los profesores apoyan la denuncian ya que se sienten preocupados del bajo rendimiento de las niñas, y que cada vez es peor.
Mariana es solicitada en la escuela de sus hijas “Enrique Ponce Gangotena” para hablar con el profesor Marcelo Guallichico quien cuenta que no asistió a la cita en dos ocasiones pero después presionada por sus hermanas acudió donde se le informo del rendimiento de sus hijas. Además de que iban a clases con el uniforme sucio y a veces mojado.
Gladys Guaranda (32) otra de las hermanas de Mariana confirma lo que el profesor de sus sobrinas dijo. “A veces me daba tiempo para lavarles el uniforme, pero no se secaba y ellas por no irse con otra ropa, se iban con el uniforme mojado”, dijo, rígidamente. Pareciera que aún le incomoda recordar esos días en los que era común despertarse una mañana y enterarse que su hermana no durmió en la casa y que sus sobrinas tenían hambre y tristeza.
Luego de la denuncia Mariana mostró algo de temor de que la separen de sus hijas por su comportamiento, prometió cambiar “aunque no ha sido fácil cada día me siento mejor”, dice con tranquilidad.
En la actualidad luego de tanto trámite y verificación, Mariana debe recurrir a terapias cada viernes  en el Hospital Psiquiátrico "JULIO ENDARA"    Conocoto - Cdla. Hospitalaria,  donde se realizan chequeos médicos y psicológicos, comparte experiencias y testimonios con personas que han pasado por situaciones similares y que intentan recuperar lo que han perdido.

“Me siento bien, tranquila, sana y con menos miedo. Cuando me iba era feliz por encontrarme con mis amigos, porque paso con mis hijas, converso con mis hermanas”, dice Mariana con tono pausado. 

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