jueves, 16 de enero de 2014

CONTRABANDO DE GAS EN TULCÁN, UN PROBLEMA MÁS PARA LOS MORADORES

CONTRABANDO DE GAS EN TULCÁN, UN PROBLEMA MÁS PARA LOS MORADORES
Por: Verónica Borja                               
La mejor calidad y precio del combustible ecuatoriano es la principal razón del contrabando y su crecimiento cómo forma de sustento económico en el Carchi. Que al parecer son  soluciones y problemáticas a los nuevos estilos de vida en esta región.
Durante años, el contrabando en la provincia del Carchi se ha ido consolidando como cualquier trabajo, aumentando la escases de gas en toda la provincia, y causando altas pérdidas al estado ecuatoriano que no solo subsidia el combustible de los habitantes del país, sino de aquellos que adquieren combustible ecuatoriano que mediante pasos ilegales sale constantemente por la frontera norte hacia Colombia.
CUERPO:
Las autoridades hidrocarburíferas ecuatorianas, en conjunto con la Policía y el Ejército realizan constantes operativos que llegan hasta los barrios del norte de la ciudad de Tulcán –fronteriza con Colombia-, donde es frecuente el decomiso de combustible almacenado en recipientes ya sean de  plásticos de todo tipo, dentro de dormitorios, cocinas, bodegas  y agujeros abiertos en el piso de las viviendas.
La empresa Energas de Colombia realizó un estudio donde se evidencia que 26 000 cilindros de gas ecuatoriano subsidiado ingresan mensualmente en forma irregular a Colombia. Ello implica para el Estado unos USD 4,5 millones al año, solo en Carchi. Pero el gobierno del Ecuador implemento un plan piloto dirigido a los hogares fronterizos del Carchi, con ello las autoridades de buscan cambiar el uso del gas por la electricidad y frenar el Contrabando hacia Colombia, esta es una de la soluciones que manifestó el gobierno ante dicha situación.

Según datos oficiales de la Policía Judicial del Carchi, la resistencia ofrecida por los ciudadanos dedicados a este negocio ilícito obliga a las autoridades a usar la fuerza y a detener un margen de diez personas por cada operativo, entre quienes tienen orden de detención y otros que ante la angustia y desesperación por la pérdida de sus seres queridos, interfirieren con el trabajo policial, quienes según los pobladores actúan con  severos golpes, gas lacrimógeno, hasta insultos.
Según Jaramillo, fiscal encargado del caso, siempre existen dificultades, “Las dificultades propias de operaciones de alto impacto, están previstas. Operativos de este tipo significan un riesgo para quienes actuamos en el cumplimiento del deber por la sensibilidad del caso y por el tratamiento con combustibles”, añadió.
Pero las autoridades afirman que actúan efectiva y legalmente, según José Luis Jaramillo: “los resultados son satisfactorios: se han neutralizado los blancos y la incautación de los materiales utilizados para cometer el ilícito”.
Según, Edgar Flores, jefe de la policía Judicial del Carchi: El éxito de este tipo de operativos sorpresa, y allanamientos sería que se rebaje este tipo de actividad, pues no se la puede seguir adoptando como una tradición que viene de generaciones, que viene de familias, durante años; quizá va a ser difícil, pero como autoridades nos hemos propuesto unir fuerzas y lograr la erradicación del contrabando.
Este control inicia hace cinco años atrás con la emisión de tickets a través de cajeros para que las familias accedan al GLP de acuerdo al número de miembros. Los datos de la agencia provincial de Hidrocarburos, muestran que antes de que inicie el control, la provincia del Carchi recibía 100.000 tanques mensuales. Con la inclusión del sistema de tickets esta cantidad se redujo a 80.000, y aun así el Estado cubre las necesidades de los ciudadanos. Actualmente, con la inclusión de la tarjeta inteligente, el director regional de la Agencia de Regulación y Control Hidrocarburífera (ARCH), José Franco, aspira a reducir la demanda a 75.000 bombonas de gas.
El excedente, es decir 25.000 tanques, iba a parar a “Colombia donde una bombona de gas se vende entre $20 y $25”. Este es el origen del problema que vive la ciudad de Tulcán –fronteriza con Colombia- en torno al consumo de gas, según la perspectiva de Esperanza Carpuela,  habitante de Tulcán. Para ella, quienes más tienen que ver con este problema son los distribuidores puerta a puerta, pues esconden el gas, son groseros, simplemente dicen se acabó, y siguen alimentando su negocio ilícito, que es a gran escala; y son los primeros en protestar o rechazar nuevas formas de control. Además expresa” las autoridades no hacen nada al respecto, hemos hecho muchas demandas para terminar con el contrabando, pero en vez de tener soluciones positivas, nos dan más largas al asunto” Con la ama de casa coincide Fanny Rodas, ciudadana tulcaneña que muestra su indignación ante las constantes protestas que ante la nueva modalidad y entrega del GLP se han levantado. “Vaya, pregunte a qué se dedican todos los que protestan en la radio, en la calle. Le van a responder que son comerciantes informales, ese es el cuento que tienen. Lo que hacen, en realidad, es contrabandear gas”, asegura. La distribución de gas en la ciudad de Tulcán se hace de acuerdo a un estudio iniciado en 2001, mediante un censo que tiene por objeto determinar el tiempo en que los ciudadanos deben reabastecerse del gas, de acuerdo al número de miembros que tiene una familia. Por ejemplo, si una persona vive sola, la asignación para ella es conseguir un tanque cada 30 días; pero, si esa misma persona tiene cocina y calefón recibe ese tanque cada 15 días.
Uno de los beneficios que tiene la población carchense con la inclusión de la tarjeta inteligente es que ya no debe hacer filas para comprar el gas, como sucedía con los tickets. Ahora los vehículos entregan el tanque de puerta en puerta. Sin embargo, la ciudadanía identifica a quienes entregan el gas como responsables en el desvío de GLP.
“Nosotros cogemos 120 tanques diarios. De esos 100, entregamos 20 al depósito y lo demás vendemos de puerta en puerta. El precio del tanque en el depósito es de $1,6 y en los carros es de $2,50 (…) hacemos un recorrido por nuestro sector y luego podemos salir a las afueras de la ciudad”, dice Jorge Ortega, distribuidor de GLP, quien asegura que es imposible esconder o detener los tanques, y que si se tiene problemas de distribución es por el aumento de la población y la mala realización del censo de población.
Germán Pérez morador de la ciudad, vive en la parroquia de Urbina, provincia del Carchi y nos dice “cuando los distribuidores salen a la ciudad se presenta un problema. Después de vender unos 30 o 40 tanques, los vendedores guardan el gas y lo almacenan en casas para después pasarlos en caballos hasta Colombia, estos son los verdaderos contrabandistas, no personas que venden uno o dos tanques al mes, son los culpables de que conseguir un cilindro de gas se convierta para nosotros en una verdadera odisea”.
Declara además que todos los procesos para regularización del cupo de gas, ha significado para él y su familia una pérdida de tiempo y de recursos; con relación a los resultados obtenidos. Para finalizar  añadió “ Nosotros tenemos necesidades básicas que son resueltas con la utilización del gas, por ejemplo, todos los calefones necesitan gas, y los proveedores  no quieren vender más de dos tanques por familia, como pude ser posible que se nieguen a vender cuando nosotros estamos pagando por su servicio. Se debe implementar medidas y soluciones ya, porque si no va a ver una verdadera matanza entre moradores mismos”.
La Prefectura de la provincia, mediante boletín informativo 377, intenta la siguiente solución: “Si por un lado, los tanques fugan por la frontera, de algún modo deben regresar. Es decir, no solo es necesario un control por parte de las autoridades ecuatorianas sino también de sus pares colombianos. Para ello, se crea pretende la formación del Consejo Binacional de Seguridad Hidrocarburífera que lo encabezan los representantes de los gobiernos de ambos países en esa área y la fuerza pública”.









ENTREVISTA:

Fanny Rodas / Ama de Casa

¿A usted como ciudadana tulcaneña le afecta el contrabando de gas?
Claro, casi siempre nos toca andar rogando por un cilindro, imagínese con el frio que hace y ni gas nos quieren dar para un calefón; cosa q a uno le toca estar pasando el tanque de la cocina a la ducha; y más todavía viendo cómo otros se enriquecen vendiendo nuestro gas.
¿Medidas cómo la tarjeta inteligente y los operativos constantes no lograrn frenar el contrabando?
En realidad al incio se siente un cambio pero luego son los mismos distribuidores y los conrabandistas de siempre quienes siguen escondiendo el gas, los carros no vienen a dejar el combustible, en los puntos de entrega dicen simplemente que no hay. Todos los meses es un calvario.
¿Cómo ciudadana, que solución sugeriría para frenar el contrabando de gas?
Mire siempre las autoridades intentan tapar todos los problemas que con un solo paseo por la ciudad afloran, las colas interminables, la persecución a los carros distribuidores, las peleas, lon insultos.
Pero la culpa principal es de los conrabandistas, a veces las medidas son radicales y funcionan, inmediatamente ellos se organizan, protestan y logran detener estos cambios, es solo cuestión de preguntar a los manifestantes a que se dedican, dicen comercientes informales, escondiendo su condición de contrabandistas.















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