sábado, 18 de enero de 2014

El arte de enseñar un arte

El arte de enseñar un arte
Por: José Gabriel Caicedo Hernández
Miércoles, 23 de octubre de 2013, una tarde helada, de esas que vienen acompañadas con lluvias provisionales que se despiertan brutales a veces. Afortunadamente este día no fue el caso de un temporal lluvioso, pero el frío no cesó.  Ubicado entre la Av. Luis Tufiño y Gabriel Gangotena, al norte de la ciudad de Quito en el sector de la Rumiñahui se encuentra el Instituto Internacional Allegro, prácticamente sus instalaciones comprenden en sentido funcional una casa común, pero se han realizado las debidas adecuaciones para que en cada habitación el escenario se presente como una verdadera aula de clases donde, además de teoría musical se enseña,  como es obvio, la técnica para la ejecución de varios instrumentos musicales, tales como: la guitarra eléctrica y acústica, piano, violín, bajo, canto, etc.
Al atravesar el primer piso, desde ya pude evidenciar el ambiente académico, pues una serie de bancas y mesas, pizarrones y pianos, comprendían la indumentaria propia de un lugar donde se imparten conocimientos musicales.  Al subir por las escaleras hacia el segundo piso me había encontrado frente a la oficina, al menos eso decía en el papel que se constataba pegado en la puerta.
— Toc-toc , toc- toc – había golpeado la puerta suavemente
— Siga por favor y tome asiento, que se le ofrece -
 Detrás de la pequeña mesa de madera  de la oficina se encontraba sentado un hombre joven, de altura aproximada entre  1,90 cm y 1,98 cm, tez blanca, cabello corto negro, de sonrisa cálida y cordial, me había extendido el saludo de buenas tardes cuando pise las extremas orillas de su oficina, estaba al frente de el Director de Instituto Allegro Ecuador, Augusto Pico.
 Allegro se formó hace 22 años en Lima-Perú con el fin de capacitar a las personas en las artes y especialmente en la música, tomando en cuenta el contexto de las iglesias locales, y afirma que en Ecuador ya son ocho los años desde que empezó a funcionar Allegro. Lo curioso del nombre de la institución según Pico, radica en su significado musical, pues se trata de un movimiento musical utilizado en el género clásico. Para Augusto Pico educar es un arte, porque se necesita conocimiento y vocación, se requiere formas, de mecanismos, metodologías que permitan que el conocimiento musical sea entendido por el estudiante. Lamentablemente se encuentra en una crisis al menos en el contexto cultural local, pero aclara que esto no significa que haya buenos músicos.
— ¿Alguna definición de música?
—La música es vida- se ríe nervioso- - como quien no quisiera meterse resolver problema tan grande
Al salir de la oficina, en el mismo piso, una aula al lado a tan solo 3 metros con respecto a la oficina, mantenía apagado el foco del aula, con una gorra de sol en la cabeza, y en las manos una variación de una guitarra Fender, se encontraba soleando, es decir extrayendo melodías desde la guitarra, a Julio Bastidas, profesor de Allegro.
     ¿Crees que enseñar música es un arte?
     Claro que si, para mí es arte multiplicado, es necesario tener ciertas aptitudes, saber interactuar con el alumno, tener paciencia,.
Mientras tanto un violín, una batería,  y un  piano se escuchaban en medio del sonido de solos que estaba buscando Julio. Los violines pronto se descifrarían  pues, Verónica Sandoval estaba en ese preciso momento brindando clases, al igual  que Jacinto Benavides en el aula de batería. El sonido del piano de corte jazzístico era la otra tendencia que Luis Páez profesor  de Allegro también brinda a sus estudiantes, entre ellos a Herrera.
Luego de clases, los profesores y alumnos salen al mundo normal y común, que no admite que uno se detenga para escuchar detenidamente.




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