martes, 21 de enero de 2014

Más allá de la fiesta.

Por: Víctor Hugo Silva.

Memoria
El recuerdo es una construcción histórica, hecha a partir de intereses, a base de ideas, a partir de objetivos. No es espontánea, por lo tanto, está fijada política como socialmente.

En el marco de una situación político cultural, la situación  del Ecuador en los años treinta en Quito, estuvo enmarcada por la crisis del Estado liberal, construido por la revolución liberal y continuada luego por todos los estados liberales, que tuvieron una presencia mayor hasta el año de 1925.

Documentos del FONSAL señalan: “en el caso de la memoria de Quito, esta será revitalizada en los años treinta,  de otro lado, se irrumpió el proyecto juliano que interpelaba al proyecto liberal, desde una perspectiva mucho más social, reformista.

“Otro elemento que cabe señalar es la emergencia de un conjunto de nuevas ideas, que entre los ilustrados quiteños, socialistas, comunistas y en Guayaquil, anarquistas, socialistas y comunistas, que se empezaba a desarrollar”, Indica Fernando López, profesor de Historia de la Universidad Central del Ecuador.

“Estas ideas llamaron al consenso, cambiaron y modificaron la concepción de la sociedad y del conocimiento. Contribuyó notablemente en las ideas de ver al arte, la narrativa, y obviamente, la historia”, señala el escritor, Diego Velasco.

En ese marco, en Quito, un sector de las élites que controlaba el cabildo de la ciudad, se abocó en construir un referente de hispanidad. “La hispanidad aparece en el eje de lo que sería la identidad de Quito”, señala Fernando López Romero, profesor de Historia de la Universidad Central del Ecuador.

En ese referente de hispanidad, la fundación de Quito, es tomada como el hecho, antes de y después de, considerada un punto de partida. Esa fundación o “fundición” -como entre risas de picardía y desazón lo advierte- Diego Velasco, escritor y académico universitario.

Un grupo de mujeres del barrio del calzado opinan. “Quito ciudad de la que no se desconoce esos antecedentes indígenas, pero que ya están superados por la cultura hispánica. Serían condiciones, en la cual la ciudad se construirá desde entonces”.

Estudiantes universitarios de la FACSO afirman: “Ese sector de la élite que controlaba el Municipio de Quito en esos años, construye ese referente de la hispanidad, del mestizaje, una reivindicación de España, como la madre, como el origen fundamental de nuestra cultura mestiza, y eso se expresó a través de políticas de memoria; lugares como el centro histórico, sus iglesias y monumentos, se transformaron en esos sitios de la memoria”.

Las fechas de la memoria fueron parte sustancial de las políticas del pasado, así lo fue entonces, la fecha de fundación de Quito, que es el 6 de diciembre 1534. En los años 40 y 50, ese esfuerzo de construir una identidad hispana se mantuvo, pero sin  la misma fuerza que en sus inicios, los años 30.

“Desde entonces se mantuvo como política del Municipio. Y repunto mucho más con la creación de la fiesta de Quito, que data entre los años de 1959 y 1960, como un referente del cabildo quiteño”, comenta, Luis Alfredo Zapata, trabajador del municipio en los años 50.

“Al construirse la fiesta de Quito, se montan espacios donde se ponen de manifiestonuestros referentes en cuanto a tradición; la serenata en el mundo barrial, y la corrida de toros, fiel a la hispanidad, espacio auspiciado por las élites, y consagrada además a Jesús del gran poder, en su opinión, “símbolo religioso que adquiere muchísima fuerza en los años 60”.

David Carrera, estudiante de la facultad de Artes de la UCE, afirma: “Como imagen de la ciudad martirizada y que coquetea con la moralidad de las beatas falsas. Condenados a repetir y a celebrar las masacres”.

“Debemos tomar lo nuestro mismo, lo andino, nuestra cosmovisión, que es tan rica, es muy fuerte, tangible…”
 
Hace 20 años hubo un debate, en el cual se puso en la palestra el día de fundación de la ciudad, se lo planteó a través de una iniciativa de Rafael Quintero, cambiar la fecha al 1 de diciembre, fecha de la resistencia quiteña.

Víctor Pillalaza,  estudiante de la FACSO, comenta, “festejamos una fiesta que no es nuestra, un dolor arraigado que a terminado como sufrimiento, así como lo es el olvido”.


“Se podría decir que es una fecha que se celebra más por tradición, que por su significado”, Ariel Jácome, estudiante del colegio Mejía.
 
 

  

Los papeles han cambiado a lo largo de esta interminable historia quiteña. Los hechos, actores, lugares siguen perdidos y buscando caminos de salida para no caer en desgracia, la única salida que tenemos a este mal sin duda alguna es la memoria transmitida.

La tradición es una fuente de memoria, el recuerdo está sujeto a quién lo rememora y quién lo olvida, las fiesta de la ciudad son el fruto de un proceso de intereses, en los cuales que ha dejado de lado el verdadero sentido de nuestra historia, no hay nada que festejar.



Bibliografía

·         Galeano, Eduardo: Patas arriba la escuela del mundo al revés, Montevideo, Uruguay, 1998.
·     Galindo Cáceres, Luis Jesús: Técnicas de investigación en sociedad, cultura y comunicación, ADDISON WESLEY LONGMAN, México. D.F. 1998: 165.
·         Guerrero arias, Patricio: Usurpación simbólica identidad y poder, Quito, AbyaYala UASB, 2003.
·        Jelin, Elizabeth: Las conmemoraciones: las disputas en las fechas     <<in-felices>>, siglo veintiuno de España editores, 2002: 22.
·         Jelin, Elizabeth: Los trabajos de la memoria, siglo veintiuno de españa editores, 2002: 18
·         Et all, 19
Fuentes consultadas
·         Adriel David Jácome, estudiante del colegio Nacional Mejía.
·         Arq. Diego Velasco, escritor
·         David Carrera Cruz, alumno Facultad de Artes.
·         Lic. Fernando López, historiador.
·         Luis Alfredo Zapata juna, ex trabajador del municipio, años 50.
·         Señoras del comité barrial sector el calzado
o   Patricia Jácome.
o   Elizabeth Narváez.
o   Viviana Ruiz.

·         Víctor Pillalaza, estudiante  Facultad de Comunicación Social.

No hay comentarios:

Publicar un comentario