sábado, 18 de enero de 2014

Mi más dura batalla, el cáncer

Mi más dura batalla, el cáncer
Por: Mariana Morillo
El tema del cáncer me intereso mucho al ver todas las campañas que se realizan actualmente para ayudar a las personas que son diagnosticadas con esta terrible enfermedad. Es ahí el punto de partido para mi investigación y para ello comenzare conociendo que es cáncer.
-Según la tesis realizada por Martha Rodríguez paredes en la Universidad Pontifica Católica del Ecuador en las paginas 22y 23 dice que el cáncer es una enfermedad de todos los vertebrados. Del conjunto de las investigaciones modernas se llega a la conclusión de que se trata de una alteración intrínseca de la vida celular.
 Cuando tuve en contacto que esta persona me interesaba mucho saber quemo había llevado su vida desde el día que se entero que tenía cáncer hasta la actualidad, tal vez para mí esto es muy difícil porque pienso que todas las personas que tiene cáncer se van a morir. Pero al ver que las persona no solo sobreviven sino que tiene vidas perfectamente normales. Que han aprendido a convivir con esta enfermedad me impacta mucho.
La palabra cáncer siempre nos aterroriza, nos da miedo, será porque lo vinculamos con la muerte, el dolor. Judith Villamarín una ama de casa.  A los 39 años fue diagnosticada con cáncer a la tiroides. Han transcurrido casi diez años y hoy dice ¡le gane al cáncer!
Llegue a un barrio del sur de quito con un poco de dificultad pero ahí estaba la casa tal y como me la habían descrito días antes, al llamar a la puerta salió una señora de una 40 años creí yo. Era una mujer alta de una contextura ni delgada ni gorda, llevaba una vestimenta negra la cual estaba cubierta por un delantal, su cabello era de color castaño claro, casi rubio. Unos ojos grandes y muy bien maquillados, me recibió con una espontaneidad natural, hace días atrás yo ya había hablado con la señora de lo que se trataba esta investigación y cuál era mi interés así que me recibió con mucha cordialidad.
Al ingresar a la sala me percate que era un hogar con mucha armonía cada cosa en su lugar, todo muy impecable, tomamos asiento y empezamos a platicar, ella tenía una postura muy tranquila a ratos se le cortaba la voz cuando hablaba de esos días dolorosos.
Y de esta manera es que empieza a relatarnos lo que implica convivir con el cáncer.
Los resultados de sus exámenes están listos, usted lamentablemente tiene cáncer a la tiroides. Fueron las palabras más dolorosas que recibió la señora Judith Villamarin. El día que recibí esa lamentable noticia era la primera vez que entraba en ese consultorio amplio, impecable de paredes blancas y cremas.   
Una reacción de asombro mezclado con un miedo corrió por sus venas, No sabía cómo actuar. Ella camino una y otra vez por los largos pasillos de ese hospital, pensaba en sus  hijos, su marido, en general en toda su familia ¿Qué va a ser de ellos cuando muera?
-Al llegar a casa me esperaban las preguntas frecuentes ¿Qué te dijo el doctor? ¿Cómo te fue?, preguntas dolorosas. Mientras preparaba el almuerzo me preguntaba una y otra vez ¿Qué iba a responder’, pero las horas transcurrieron, yo no tenía respuesta y ellos llegaron. Al responder me mantuve fuerte pero al ver sus lágrimas rompí en llanto. No sabía lo que ellos sitian por dentro y yo tenía miedo al pensar lo que podía suceder.
Los días pasaron y llego el gran momento, el menos eso pensé, ya que esa no sería la primera ni la última vez que pisaría un quirófano, desafortunadamente todas las veces serian por la misma razón, EL CANCER.
 Su intervención quirúrgica ya tenía fecha, recuera claramente que entró en una habitación oscura en la cual había muchas lámparas y doctores que hablaban cosas que no entendía términos extraños me imagino que se referían a mi enfermedad.
En medio de nuestra conversación llamaron a la puerta era el Doctor Diego Reascos, esposo de la señora Judith Villamarin un hombre de una apariencia muy elegante, ya que su vestimenta era un terno color azul muy bien planchado que estaba cubierto por una gabardina negra. Al ingresar a la casa me saludo muy atentamente para posteriormente tomar asiento, al igual que su esposa el sabia de que se trataba esta conversación. Gracias a él tuve la dirección y mi acercamiento con la familia.
El Doctor Reascos con una mirada perdida recuerda como fueron esos días para ellos, lo difícil que fue su vida en ese entonces y la tristeza que les producen estos recuerdos, pero aun así  y nos cuenta:
-Cuando alguien que tu quieres se enferma tratas de cuidarla, mas si es alguien con quien decidiste pasar el resto de tu vida, mientras ella estaba en el quirófano pensaba cuanto la quería, en nuestros hijos y en que podría pasar si ella no sale de ahí. Cuando el sonido del teléfono me hizo volver a la realidad, era mi hija que ya no aguantaba la angustia. Preguntaba una y otra vez por su mama, pero todavía no sabíamos nada, de la misma manera recibí llamadas de varias personas entre ella Nancy mi cuñaba y mi hijo Jordan. Casi al entrar la noche salió el doctor. Justo en ese momento se congelo mi corazón. Todo cambio al momento de escuchar que todo salió bien–
Esa fue la primera vez que entro en un quirófano, al pasar varios meses la volvieron a intervenir. La segunda vez fue en SOLCA (Sociedad de lucha contra el cáncer del Ecuador). La señora nos cuenta que desde ahí empezó su calvario. Ya que tiene que tomar miles de pastillas todos los días y cada seis meses le tocaba dejar los medicamentos por un mes para después de ellos poderse realizar los exámenes correspondientes.
Este tratamiento la hizo sufrir mucho por que tenia efectos secundarios, engordaba se hinchaba entre otras cosas, pero todo iba de maravilla hasta que en el 2006 tuvo una recaída, otra vez las glándulas cacerinas aparecieron, lo que es implicaba nuevamente al quirófano y mas quimioterapias.  
De un momento a otro sin darme cuenta en frente mío se encontraba un joven bien parecido alto, blanco de ojos cafés claros, el cual vestía un uniforme azul. Ya llegue es su grito habitual. Es Jordan Reascos el hijo pequeño de este matrimonio, tiene unos 17 años. Se me acerco y me saludo su asombró era muy notorio ya que el no sabía de que se trataba, pero al igual que sus padres paso a tomar asiento en frente mío.
Se encontraba impaciente no sabía que me iba a decir ya que le pedí que me cuente un poco sobre que sucedió cuando su mama fue nuevamente diagnosticada con cáncer. –Nuestro mundo se vino abajo, otra vez a lo mismo, la lucha no sirvió de nada. Todos estábamos devastados, no solo era el cáncer sino que todo se nos unió nos robaron el carro entre otras cosas…. Lo más admirable  de mi mama es que nos dio la lección más grande que pudimos recibir nunca se dio por vencida y siempre se mantuvo fuerte.-
Creo que llegue en un mal momento justo ese día estaban realizando los preparativos para la reunión familiar que se llevaría a cabo el día 19 de noviembre para celebrar el cumpleaños de su primera hija, en esta ocasión llamaron a la puerta era la señora Nancy Villamarin hermana de nuestra protagonista.
La señora Nancy una mujer muy bien arreglada de estatura pequeña, vestía con un abrigo negro el cual le cubría hasta la cintura. Me levante para saludarla ella sabía de mi presencia pero cuál era mi motivo no lo tenía muy claro, explique nuevamente el motivo de mi presencia cuando  sus ojos se llenaron de lagrimas, justo en ese momento me di cuenta que esta enfermedad ha afectado a toda una familia y con eso me refiero. Nuestra conversación siguió delante de vez en cuando la señora Nancy sollozaba. Nos cuenta que el día que se entero de este nuevo diagnostico esta el cielo nublado, al enterarse de esta lamentable noticia lloro pero trataba de darle fuerzas a su hermana. 
Para poder terminar con nuestra conversación la señora Judith nos cuenta que lo que más le dolía de esta enfermedad es que muchas veces se tuvo que alejar de sus hijos para que no les afectara. A los ocho años de haberle diagnosticado cáncer a las toroides le dan el alta, pero apenas dos años después nuevamente vuelve a los quirófanos estaba vez por cáncer a la piel.
La señora Judith me conto que en esos días ella tuvo una empleada que le ayuda con la casa y su cuidado pero la misma ya no trabaja con ellos, así que me facilito sus datos para poderla contactar. Yolanda Acuña es una mujer proveniente de la amazonia que con esta familia trabajo alrededor de 5 años.
-La familia Reascos es muy unida y compresiva, siempre me trataron de la mejor manera, yo puedo decir no fue fácil para ellos conllevar con esa enfermedad había momentos que parecía que todo iba a acabar que no había solución pero la esperanza de cada uno de los miembros de esa familia la ayudo. Mis labores en esa caso fueron realmente sencillos ya que la señora Judith nunca se postro en un cama siempre estuvo activa. Es una mujer admirable…!-
Para poder concluir podemos decir que la señora Judith Villamarin es un ejemplo a seguir ya que ella nunca se quebrantó frente a esta temible enfermedad.
-Hoy le gane al cáncer, no porque no lo vuelva a padecer sino porque cada prueba que tengo, la supero. Mi visión es clara no hay peor lucha que la que no se hace y pienso que todo ha valido la pena siempre y cuando este con mi familia.



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