martes, 21 de enero de 2014

Patitas callejeras.

Por: Sayle Lemos

Se acerca Octubre y con el, las fuertes y frías lluvias que llegarían a inundar las calles quiteñas. Jueves por la mañana y para Santiago era un día como cualquier otro, se había convertido en su nueva rutina, despertar a las cinco para comer lo que pudiera alcanzar y salir corriendo al hospital Andrade Marín a salvar vidas de la terrible influenza que ya para entonces había alcanzado gran parte del país.
Su profesión lo era todo para el, hace un año que egresó de la Universidad Central del Ecuador, la cual para el, fue el mejor centro de enseñanza que pudo tener en la vida. Desde entonces se ha dedicado a lo que ama para poder obtener buenas recompensas de todo lo que sacrificó durante seis años.
El sol ya estaba en su punto de partida; anaranjado y triste, como diciéndole adiós a la ciudad. Santiago se encontraba en su silla revisando algunos documentos y esperando el próximo paciente. Vaya sorpresa la que se llevó cuando vio entrar por la puerta a una hermosa perrita de ojos azules, orejas largas, estatura mediana y pelaje abundante color café con manchas blancas.
-¡Hola pequeña!, ¿tu serás mi paciente hoy?
Le dijo a la perrita mientras no podía contener la risa. Atrás de ella apareció una señora bastante mayor, de ojos cafés con una mirada muy tierna, su cabello era gris y ondulado, lo cual demostraba su avanzada edad. Llevaba puesto un vestido con estampados de flores que llegaba hasta sus rodillas  y un bolso negro muy grande en su mano izquierda, mientras que en su mano derecha llevaba a la perrita.
-Disculpe Doctor, mi pequeña Brandy es un poco inquieta y antes de que pudiera golpear la puerta ella se adelantó a entrar.
-No se preocupe señora, me encantan los animales y más si son tan juguetones como Brandy. ¡Disculpe si no me presenté bien! Soy el Dr. Santiago Lemos para servirle.
-Muchísimo gusto Dr. Lemos, mi nombre es Carmen y, bueno, a Brandy creo que ya la conoce muy bien.
Mientras atendía a la señora no podía dejar de observar a la perrita, hace mucho que no sentía esas incontenibles ganas de jugar y abrazar  a un animal. Al final de la consulta se despidió de Brandy y la señora, pidiéndoles que vuelvan pronto aunque sea a saludarlo.
Mientras jugaba con su esferográfico sentado en su escritorio a su mente llegaron recuerdos de cuando tenía diez años, era un niño muy inteligente y sensible, tenía un corazón muy grande y además de realizar muchas actividades extras, hacia algo que no todos los niños a esa edad pueden hacer. Santiago amaba a los animales y tenia mucho sentimiento por esos que viven en la calle, los que se quedan sin un hogar o nacen sin el y son rechazados. Desde gatitos, perritos y hasta conejos todos el los recogía. A pesar de los fuertes regaños por su madre, que no lo hacia por mala persona, sino por preocupación; el se divertía y sentía feliz de lo que hacia. Su padre que lleva su mismo nombre “Santiago Lemos”, recuerda como lo ayudaba para poder albergar a los gatitos y perritos que traía a la casa y alojaba en el garaje. Le solía cantar la canción “mi perrito de ocho sucres” de el famoso cantante y compositor de música protesta Jaime Guevara. Son recuerdos que son para eso, para recordarlos y disfrutar de ellos, dice su padre.
Eran las diez de la noche y la luna brillaba en todo su esplendor. El cansancio empezaba a notarse en los ojos del Dr. Solo necesitaba llegar a su casa y descansar para empezar un nuevo día horas después.
La alarma de su carro sonó, abrió la puerta y se sentó muy cómodamente, sus ojos se cerraban a instantes pero consciente de que estaba manejando y debía llegar pronto a su casa. Las luces estaban altas y podía visibilizar todo en el camino. Todo iba bien, hasta que de un momento a otro una mancha blanca apareció de entre los arbusto alrededor de la calle, se lanzo a la vía, el auto estaba ya cerca y solo se oyó el chillido de los frenos.
Bajo del auto muy asustado; para llevarse una inmensa sorpresa. Jamás pensó encontrar a una hermosa gatita muy pequeña, ojos azules como el cielo y blanca como la nieve, fría y temblando del miedo. Lo primero que pensó es en recogerla, se sacó su chaqueta y la arropó para que no sintiera mucho frío, la llevo al auto y juntos se fueron a la que hoy es el hogar de la gatita “Luna”.
Pero no todos pueden correr con esta suerte un poco casi trágica por la que pasó Luna. En el Ecuador son muchos los perros y gatos que transitan y viven en las calles, sobre todo los perros. Según un articulo publicado por Diario El Nacional en Abril del 2013, en Quito se estima que existen 400 mil perros, pero de estos hay cerca de 280 mil (70%), que viven en la calle, esto según declaraciones de Guillermo Altamirano, director de inspección de la Agencia Metropolitana de Control, quien sostiene que el 90% de estos animales tenían dueños, pero fueron abandonados.
Santiago vive en el sector de Capelo ubicado en el Valle de Quito, para llegar a su casa debe manejar por varias vías en donde se pueden visibilizar perros y algunos gatitos caminando por las calles al borde la muerte, ya sea por no comer, por el frío de las fuertes lluvias o al contrario por el fuerte sol que tiene el bipolar clima de Quito. Su hermana también ama a los animales y hace lo posible para ayudarlos. Hace lo posible para conseguir refugio a gatitos que no lo tengan ya sean de familiares y amigos o que se encuentren en la calle. Hace un mes adoptó dos gatitos machos que ya no podían vivir con su madre y la dueña de esta. Vive en el sur de la ciudad en el sector del mercado Mayorista y señala que es uno de los lugares donde más se presenta este fenómeno, los animales van en busca de algo que comer y quizás en busca de un poco de amor humano.
En Quito hay 400 mil canes entre callejeros y mascotas según el Municipio y el PAE (Protección Animal Ecuador) acoge a 140 de la calle.
El Programa de Adopciones que PAE mantiene, busca proveer a los animales rescatados, abandonados y/o maltratados, de un lugar estable y seguro donde morar el resto de su vida.
PAE mantiene centros de adopción que son los lugares donde se mantienen a los animales rescatados, proveyéndoles de agua, comida, tratamientos y cuidados para su estabilidad física y emocional.
Esta información se puede encontrar en la pagina web del PAE o asistiendo personalmente al sitio y requiriendo información necesaria.
El PAE se encarga de recoger y esterilizar a perros y gatos que se encuentren en las calles en estados deplorables, asistiéndoles medicamente en sus clínicas veterinarias con profesionales aptos para atenderlos. También reciben a animales que las personas encuentran o en ocasiones los mismos dueños que por alguna causa ya no los pueden tener y deciden dejarlos allí para que puedan encontrar una familia que si pueda tenerlos y darles todo el cariño necesario.
Pero no es muy fácil, para estos pequeños seres encontrar un hogar tarda mucho tiempo, actualmente la sociedad en la que vivimos se rige bajo estereotipos y no les gusta adoptar un perro o gato callejero, prefieren comprar en centros comerciales otros que sean de “raza”. Cuando raza debería ser una palabra que comprenda a todos los animales sin distinción. Debería ser catalogado como el “racismo” en las personas. Todos deben tener un hogar sin importar como sean y todos deberían colaborar para que este fenómeno no se propague más.
Actualmente la Agencia de Control del Municipio es la encargada de los operativos para verificar el cumplimiento de la Ordenanza 48 que rige la tenencia de mascotas en el Distrito. En el caso de los perros callejeros, el Municipio solo se encarga de esterilizarlos para después soltarlos nuevamente en las calles. Esta es una de las campañas que promueven la mayoría de centros de protección animal.
En un artículo publicado por El Telégrafo el martes 22 de octubre del 2013, se explica que la Comisión de Biodiversidad y Recursos Naturales de la Asamblea propuso la elaboración de un censo canino y felino para contar con información estadística y así tomar medidas a largo plazo de respeto a las mascotas.
En el documento se redacta que Rolando Panchana, ponente de este proyecto y presidente de la Comisión de Biodiversidad y Recursos Naturales de la Asamblea Nacional, se refirió a la necesidad de establecer una normativa global en el país, ya que al momento solo algunos municipios se hacen cargo.

El informe del proyecto de ley detalla las infracciones leves, graves y muy graves que  asegurarían el cumplimiento de esta normativa. En el primer grupo consta la compraventa de animales domésticos y de compañía en establecimientos no autorizados; también, no informar a las autoridades o entidades colaboradoras que un animal de compañía requiere ayuda.
Además, si un propietario no ha inscrito al animal en el registro del gobierno municipal respectivo para obtener el certificado sanitario anual sería sancionado con multas desde el 50% hasta el 100% de una remuneración básica.     
Establece como sanción grave sacar perros considerados no mascotas (pitbull, rottweiler, doberman) a espacios públicos sin bozal; no auxiliar a un animal doméstico cuando fuera atropellado; no proporcionar atención médica veterinaria por lo menos una vez al año y otros parámetros más. Esta multa equivaldría a entre una y dos remuneraciones básicas. 
Actualmente Santiago Cumple con todos los requisitos de este proyecto de ley, el cual mantiene una nueva esperanza para los animales si resulta aprobada. Luna es la gata mas consentida de su casa, tiene su propia cama, caja de arena y enormes platos donde comer y tomar agua. Su dueño esta pensando ir pronto al PAE a adoptar un perro para que tenga un nuevo amigo y así poder darle un hogar a un pequeño ser que lo necesita.

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